NO QUIERO
SER DE “PODEMOS”
Lo
primero que me gustaría dejar claro, antes de dejar dicho por escrito algunas
cosas que me pasan por la cabeza, es que desde que tengo uso de razón en mi
casa me enseñaron a respetar las distintas opiniones, a enriquecerme con la
diferencia y aprender de todo lo que me rodea.
Por
ello lo sucedido con Podemos me merece respeto tanto en lo que se refiere a sus
representantes y sobre todo en lo que tiene que ver con los ciudadanos que han
votado a esta opción en las últimas elecciones europeas.
Desde
esa premisa básica digo alto y claro que QUIERO SER DEL PARTIDO SOCIALISTA
OBRERO ESPAÑOL. Un partido que pudo, que puede y que podrá. Una formación
política que en el pasado cambió la vida de muchos españoles y españolas que
empezaron a ser tenidos en cuenta, de muchos ciudadanos que se sintieron
iguales, libres e ilusionados. De un pueblo que disfrutó la libertad de elegir
y de decidir.
Quiero
ser de un partido que puso en el eje de su actuación la igualdad entre hombres
y mujeres, de un partido que amplió derechos sociales, que trabajó por la
educación y la sanidad, de un partido al servicio de los ciudadanos.
Y
ahora quiero ser de un partido que puede. Tengo tendencia a poner imágenes
gráficas a mis pensamientos y hoy en día me veo metida en una botella de
coca-cola agitada con fuerza. Dentro de la misma hay potencial, inteligencia,
capacidad de trabajo, ganas de luchar por cambiar las cosas, buenas ideas. Pero
estamos ahí, agitados y sin poder salir porque existe un tapón que no nos deja
salir. Atrapados por la rigidez de unas estructuras y de unos poderes que se
enroscan en sus posturas con toda la fuerza que les es posible, conocedores de
lo que pasará cuando el “tapón” se quite.
En
estos días hay una frase que no se me despega de la boca: “No podemos cambiar
las cosas haciendo lo mismo”. No podemos responder a lo nuevo con lo antiguo,
hay que adaptarse a lo que nos pide la gente y es algo tan sencillo como que
nos ocupemos de lo que para ellos es importante.
Dejemos
de complicarnos con debates vacíos que no hacen otra cosa que cansar al que ya
casi no nos escucha, esto tiene que cambiar y para este cambio tenemos que
contar todos y todas.
Ese
partido es el Partido Socialista que podrá recuperar la calle, la credibilidad
del vecino que volverá a ver en nosotros un compañero en la lucha diaria y un
aliado en la consecución de nuevos derechos. No quiero ser casta, clase, no
debemos estar enfrente de aquellos y aquellas a los que servimos.
Alguien
me preguntaba hoy: “¿En qué bando estás?”. Lo tengo muy claro, en el del
cambio, en el del trabajo serio y responsable, en el bando del que se preocupa
por los que lo pasan mal, al lado de lo público, de lo igualitario. Estoy en el
bando de la izquierda, estoy en el PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL.