PUERTAS, TABIQUES, MAMPARAS OPACAS…
Puertas, tabiques, mamparas opacas…
Estrategias, encuestas, sondeos de opinión…
Candidaturas, listas, puestos en las listas…
Y para cuándo cambiar el mundo? Para cuándo preocuparnos
por el que sufre? Para cuándo ponernos a solucionar cosas, a crear cosas, a
producir cosas.
Cada día que me levanto lo hago con ilusión y cada noche me
acuesto resignada. Hablas con la gente de siempre, con los que te conocen y ya
no te creen. Y te preguntas por qué, y le das vueltas a la cabeza
buscando la mejor argumentación, el mejor ejemplo, la idea más clara, pero da
igual, porque ya no te creen.
No hay referentes, no hay líderes de ideas, tan solo una
élite que se elige entre ella, se aplaude entre ella y se perpetúa entre ella.
Y luego otros muchos que se pasan el día urdiendo planes
para no se sabe bien qué, bueno sí, urdiendo planes para ser élite.
Las mochilas pesan, las caras se repiten, los proyectos no
se cambian, las ideas no ilusionan, la injusticia no nos revoluciona y la lucha
da pereza.
La crítica no puede ser cobarde, debemos tener la valentía
de proponer alternativas y arriesgar para llevarlas a cabo. Desterrar la
resignación. Dejar de aspirar a no ser desgraciados, dejar de movernos en la
rutina y en la mediocridad.
Es tiempo de valientes, de aquellos que no se esconden tras
tabiques, puertas y mamparas opacas. Ha llegado nuestro momento.
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