Estaba releyendo muchas de las noticias que se han producido en los últimos días pero hay una que no deja de retumbar en mi cabeza con fuerza… “cargas policiales en Valencia”.
Afortunadamente nunca he tenido que sufrir la violencia que silencie mis palabras, mis opiniones y mis reivindicaciones. Afortunadamente era una realidad del pasado que formaba parte de mí, como todo lo que aprendí de los que estuvieron antes que yo.
Pero hoy, las imágenes y los sonidos de los estudiantes y los ciudadanos valencianos corriendo delante de la policía y tirados por los suelos, me ha hecho ponerme en guardia. En guardia ante este retroceso en todos los sentidos, ante la posibilidad de que unos pocos no permitan que otros defendamos aquello en lo que creemos.
Los ciudadanos de nuestro país estamos preparados para progresar con nuestro esfuerzo en la consecución de derechos, preparados para salir juntos de esta crisis sin dejarnos a nadie por el camino, preparados para vivir en paz, libertad e igualdad. Pero no estamos preparados para volver a correr delante del pasado, no quiero que me den esa posibilidad. Mis fuerzas y mi esfuerzo están en otras cosas.
Eso sí, si me persiguen por pensar y opinar, lo haré.
Me ha gustado mucho esta entrada, aunque muy a mi pesar creo que esto no ha hecho más que empezar....
ResponderEliminarEs una pena que las manifestaciones de estudiantes sólo adquieran relevancia cuando interviene la policía de forma desmedida.
Comparar estudiantes con enemigos es un error gravísimo....ahora me pregunto...¿Ha sido esto un aviso para todos los estudiantes ante las ya anunciadas manifestaciones que han sido convocadas por todas las universidades públicas el 29-F?
Para mí, una razón más para salir a defender la educación pública y de calidad.
Cuando la policía ha dejado de tener presencia activa (golpeando a los asistentes) se ha demostrado que no pasa nada.- Luego la orden de actuar a la policía, o la falta de órdenes para retirarse, de la Delegada del Gobierno ha sido nefasta. Consecuencia: responsabilidad política y dimisión.
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