jueves, 9 de febrero de 2012

“A los dieciocho años las convicciones son montañas desde las que miramos, a los cuarenta y cinco, cavernas en las que nos escondemos”.

Para llevarle la contraria al Sr. Fitzgerald, yo he llegado a los cuarenta y no quiero esconder mis convicciones y tampoco quiero esconderme yo. Por eso empiezo hoy este blog, para mostrar lo que pienso y para hablar de aquello en lo que creo.

Escribir no siempre me resulta fácil, me pasé mucho tiempo utilizando un lenguaje jurídico, trece años de ejercicio activo de la abogacía es lo que tiene, y ahora la preparación de ruedas de prensa o de notas como concejala también condicionan y mucho mi forma de expresarme.

Esto me preocupa. Antes me gustaba escribir cuentos pero ahora creo que me pasaría un buen rato buscando un titular para el mismo.

La mayor parte del día estoy hablando y en ocasiones no encuentro el silencio para pensar. Una página en blanco puede ser parecida a ese silencio en el que reflexionar con calma, sin las prisas del día, sin la presión de una agenda a la que a veces hay que grapar un folio porque no da cabida a todo lo que en ella quiero poner y que no siempre se corresponde con lo que realmente quiero hacer.

Para empezar, como es algo que quiero hacer, no anotaré en la agenda escribir en el blog.

4 comentarios:

  1. Pues yo sí quiero oirte. Quiero leerte. Quiero aprender. Por eso te animo a que lo hagas, a que cada día encuentres un rato para escribir en este blog y nos abras un poquito de tu ventana.

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    1. Asomate a la ventana cada vez que quieras

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    2. LO haré, me parece que por tu ventana corre aire fresco, limpio, nítido, y..ahora nos hace tanta falta..

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    3. Adelante, Pilar. Cuando se tienen 41 "añitos" como me pasa a mí, aún se puede aspirar a esas convicciones y no hay motivo para esconderse.

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